Dios todavía está en su trono a pesar del COVID-19

En este momento de desesperación e incertidumbre, me recuerdo que Dios todavía está en su trono a pesar de este virus y que Él no creo este virus. Él todavía tiene control de todo y no nos ha abandonado ni olvidado. Encuentro aliento al centrarme en lo siguiente y espero que también pueda ofrecer aliento a ustedes:
--Encuentro ánimo por medio de la palabra de Dios. Dios le dijo a Josué: "Escucha lo que te mando: Esfuérzate y sé valiente. No temas ni desmayes, que yo soy el Señor tu Dios, y estaré contigo por dondequiera que vayas" (Josué 1:9-RVC). Leer la palabra de Dios a diario es como un ancla que se mantiene en el fondo del mar para que impida el derribamiento.
--¡Orar todavía funciona para el cristiano! La oración es un recurso celestial interminable. Jesús oró por nosotros y por Él mismo (Juan 17). Al orar, solo recuerde que Dios sabe lo que es mejor para nosotros, y sus respuestas, a largo plazo, siempre nos van a beneficiar: para que "seamos conformados a la imagen de su Hijo" (Romanos. 8: 28-29).
--Como cristianos, Dios no nos ha abandonado: el ya abandonó a su Hijo para salvar al mundo de pecado (Mateo 27:46). Ningún virus puede remplazar el sacrificio que hizo Cristo en la cruz y su regalo de vida eterna.
--¡Aprovecha el día! Anime a otros y aproveche la oportunidad de compartir el evangelio. Asegúrese de demostrarle a otros que Dios los a ama. ¡Comparta el evangelio porque es cuestión de vida eterna o muerte! Vivimos en un mundo pecaminoso donde la muerte es inevitable, pero no para el cristiano porque, para el cristiano, el cielo es su destino final (1 Tesalonicenses 4:17) lo cual también puede ser también para otros que todavía no creen (2 Corintios 8:1-3).
--Manténgase enfocado(a) en lo celestial. Orando por la misericordia y la gracia de Dios por nuestra nación también puede convertir su desesperación a un fructífero tiempo de esperanza. "… si mi pueblo, sobre el cual se invoca mi nombre, se humilla y ora, y busca mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra" (2 Crónicas 7:14-RVC)
--Encargarle mis ansiedades a Dios por qué Él se preocupa por mi (Efesios 4:6-7) y porque Dios nunca me abandonará (Mateo 13:5c, Deuteronomio 31:8).
Alabar y adorar a Dios siempre me provee mucho ánimo. Dios nos dice, "Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios" (Salmo 46:10-NVI) y entender esto conmueve mi corazón a dejárselo todo en sus manos.